El estudio, que utiliza técnicas de Procesamiento del Lenguaje Natural, donde se analizaron más de 63.000 tweets, se ha publicado en Social Science Computer Review y analiza el papel del periodismo en el caso de la exministra, Irene Montero, y el ensañamiento contra mujeres políticas
Ante la responsabilidad de los periodistas, los investigadores proponen que los medios establezcan pautas para regular el discurso expresado por sus trabajadores en Xy la necesidad de normas que impidan la excesiva difusión de discursos de odio en piezas periodísticas
València, 21 de noviembre de 2024. Los investigadores del Instituto Universitario Valenciano de Investigación en Inteligencia Artificial (VRAIN) de la Universitat Politècnica de València (UPV) y la Fundación ValgrAI, María José Castro-Bleda, y Lluís F. Hurtado, junto a la investigadora de la Universitat de València, María Iranzo-Cabrera, y de la Universidad de Valladolid, Iris Simón-Astudillo, destacan la responsabilidad crucial de los profesionales del periodismo en la propagación de los discursos de odio en Twitter.
Esta es la principal conclusión del trabajo publicado por la Social Science Computer Review bajo el título “Responsabilidad ética de los periodistas: Cómo abordar el discurso de odio contra las mujeres políticas en las redes sociales mediante técnicas de procesamiento del lenguaje natural”. En él se han analizado más de 63.000 tweets sobre una campaña de violencia política contra la exministra de Igualdad de España, Irene Montero, con técnicas de inteligencia artificial y procesamiento de lenguaje natural.
“Los resultados muestran que la mitad de los tweets contenían discurso de odio, y muchos periodistas contribuyeron a la polarización y ataques. Este trabajo resalta la responsabilidad ética de los periodistas en entornos de acoso digital y discurso de odio”, explica la investigadora de VRAIN de la UPV y ValgrAI, María José Castro-Bleda.
Dos medidas autorregulatorias
Por ello, los investigadores proponen en el artículo dos medidas autorregulatorias. Por un lado “cuando las cuentas de los y las profesionales se vinculen a un medio de comunicación en su biografía, lo más frecuente, es necesario que los medios establezcan pautas para regular el discurso de odio expresado por sus trabajadores en X”, subraya el investigador de VRAIN y ValgrAI, Lluís F. Hurtado .
Y por otro lado añade que “son necesarias normas que impidan la excesiva difusión de discursos de odio en piezas periodísticas, tanto los vertidos por terceros como por los propios periodistas”.
La investigación determina si, inmersos en campañas de difamación online y de género, los y las periodistas mejoran la calidad del debate público o, por el contrario, refuerzan la visibilidad de estos contenidos hostiles.
Expresiones de odio y lenguaje inapropiado
Para ello, el estudio examina una muestra de 63.926 tuits publicados entre el 23 y el 25 de noviembre de 2022 relacionados con la campaña de violencia política contra la ministra española de Igualdad de entonces, Irene Montero, a raíz de las declaraciones contra ella de la diputada de VOX, Carla Toscano. A través de herramientas de procesamiento del lenguaje natural y el análisis de contenido cualitativo, el estudio resalta que durante esos tres días, al menos la mitad de los tuits que contenían la palabra ‘Montero’ incluían expresiones de odio y lenguaje inapropiado.
En este clima de hostilidad, los 83 periodistas que participaron en el debate -con más de 10.000 seguidores cada uno- no sólo tuvieron la capacidad de atraer likes y retuits, sino que también mostraron polarización y utilizaron lenguaje de odio, bien propio (37,58%) o a través de las citas de otros (11,41%).
Cada posición ideológica -a favor y en contra de la ministra- se refleja también en sus propias estrategias incívicas. Bajo el paraguas de la libertad de expresión y al margen de los discursos argumentativos, los periodistas que se inclinan por el progresismo ideológico tienden a insultar a sus oponentes, calificándolos de “fascistas”, “horda nazi” o “panda de cerdos y zorras sinvergüenzas”.
Por su parte, los inclinados a la derecha política utilizan, sobre todo, construcciones divisorias, estereotipos e ironías como técnicas de ataque. Por un lado, trasladan el significado de la “violencia” contra Montero a la que, supuestamente, ha generado con la aprobación de la ley ‘SóloSíEsSí’. Y, por otro lado, justifican la campaña de odio señalando el supuesto maltrato que la ministra y su partido han ejercido contra el bando ideológico contrario. Si se observa los cargos profesionales de quien publica discurso de odio, se encuentran redactores (19), columnistas (14), directores de pseudo-medios (7), editores (7), directores de medios (2), editores en pseudo-medios (2) y dibujantes (4).
Además, 42 empresas periodísticas participaron en este debate en línea. El 2,38% de los tuits publicados por cuentas oficiales de medios incorporó discurso de odio (4) y un 27,38% (48) reproducían expresiones de odio de otros. Se trata de citas entrecomilladas o fragmentos de vídeo. El 31,25% (15 tweets) incluyen un insulto o término ofensivo, y el 29,17% (14 tweets) reproducen el estereotipo de Montero como una mujer que se ha beneficiado de un hombre. Asimismo, entre los tuits con más de 50 likes y/o retuits (2.239) se compartieron 138 noticias, de las que el 76,81% incluían odio, ya sea en las declaraciones recogidas o directamente en el texto del periodista.