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La salud mental es un tema de gran importancia en la actualidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos mentales representan el 12,5% de todos los problemas de salud en todo el mundo. Esto lleva a que, aproximadamente, 450 millones de personas luchen diariamente con problemas de salud mental que afectan su vida de manera significativa. Si centramos la mirada en España, un estudio reciente expone que casi la mitad de los jóvenes entre 15 y 29 años (el 48,9%) considera que ha tenido algún problema de salud mental.

A pesar de la creciente conciencia sobre la importancia de la salud mental, siguen existiendo obstáculos importantes en el acceso a la atención y el tratamiento. Al juntarse la limitada disponibilidad de servicios públicos de salud mental con los altos costos que pueden tener los servicios de terapia privados, muchas personas acaban enfrentándose solas a sus trastornos o condiciones, sin la asistencia que necesitan. A esto también se pueden sumar dificultades personales, como la falta de disponibilidad horaria en un mundo que muchas personas sienten como una carrera o la introversión y el hermetismo, que pueden llevar a algunas personas a evitar buscar ayuda.

En este contexto, la Inteligencia Artificial (IA) emerge como una ayuda prometedora para mejorar el acceso y la eficiencia de la atención en salud mental. Las herramientas basadas en IA pueden ayudar a superar o reducir los obstáculos actuales ofreciendo nuevas formas de diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Estas herramientas pueden estar dirigidas tanto a los terapeutas como a los pacientes. Para los terapeutas, puede ser un gran complemento en su formación y entrenamiento, o incluso una ayuda en la consulta mediante el análisis de las sesiones. Los pacientes, por su parte, pueden beneficiarse de herramientas que los acompañen y guíen en su día a día.

La Inteligencia Artificial (IA) emerge como una ayuda prometedora para mejorar el acceso y la eficiencia de la atención en salud mental

Uno de los ejemplos más prometedores es el desarrollo de chatbots terapéuticos. Los chatbots, que se están viendo impulsados por el rápido desarrollo de los Grandes Modelos de Lenguaje (LLMs, por sus siglas en inglés), permiten a los usuarios comunicarse con ellos de forma natural. Estos sistemas de inteligencia artificial, si se especializan en salud mental, pueden proporcionar apoyo terapéutico las 24 horas del día, los 7 días de la semana, desde cualquier lugar.

Estos chatbots terapéuticos pueden ayudar, por ejemplo, en la educación del paciente y la realización de ejercicios de su terapia fuera de la consulta. Además, con sus interacciones, también permiten realizar un seguimiento y evaluación continuos, lo que permite a los terapeutas monitorear el progreso de los pacientes y ajustar su tratamiento en consecuencia.

Sin embargo, en el ámbito de la terapia se ha de tener mucho cuidado con los métodos que se utilizan, que deben ser exhaustivamente evaluados para garantizar el bienestar del paciente. La flexibilidad, que es una de las grandes ventajas de los LLMs, puede ser el talón de Aquiles de esta tecnología en su aplicación directa en un entorno que necesita de un gran control. Esto se suma a otros desafíos como son las alucinaciones, las imprecisiones o los sesgos.

La clave para integrar los LLMs en el ámbito de la salud mental reside en los agentes inteligentes y en su diseño. El chatbot con el que finalmente interactúa el usuario es un sistema más complejo que reúne diferentes componentes y donde el LLM es un componente más del mismo. El agente inteligente se sobrepone a las limitaciones antes mencionadas y nos permite tener más control de su comportamiento. Este agente es dotado de un conjunto de reglas que lo guía a través de los diferentes pasos para la realización de ejercicios de las diferentes terapias. Esto consigue un equilibrio entre control y flexibilidad, ya que finalmente el agente utilizará el LLM para adaptar la siguiente respuesta al contexto de la conversación, consiguiendo así una interacción natural.

También se pueden aplicar otras medidas complementarias. Una es el reentrenamiento de estos modelos con datos de sesiones de terapia, lo que ayudará a que las respuestas se adecuen para este tipo de escenario y, a su vez, minimizar imprecisiones. Otra medida es la de incorporar en el sistema del agente inteligente un componente que haga de evaluador de sus respuestas, de manera que cualquier respuesta que no cumpla ciertos criterios sea rechazada y no llegue al paciente. Esto, aunque parezca combatir fuego con fuego, puede ser realizado por un segundo LLM especializado en ello, como se muestra con el modelo Llama Guard de Meta [1], que es capaz de clasificar eficazmente la seguridad de las respuestas.

Con todo esto en mente, dentro del equipo GTI-IA (VRAIN, UPV) nos estamos enfocando en la Regulación Emocional. Esta es la capacidad que nos permite gestionar las emociones, tanto las propias como las de los demás, y es crucial para el bienestar emocional de las personas. El objetivo que nos planteamos con ello es el desarrollo de agentes afectivos que, además de ser capaces de adaptarse a las emociones de los pacientes o usuarios, también puedan ayudarlos a regular sus emociones cuando sea necesario. De esta manera, los agentes pueden asistir a las personas cuando tengan dificultad para alcanzar su equilibrio emocional y aumentar su bienestar.

Una de nuestras últimas aportaciones a este campo es un modelo computacional para la planificación de estrategias de regulación emocional [2]. Este modelo, que se personaliza mediante los rasgos de la personalidad del usuario y los datos de sus anteriores interacciones, será la base para desarrollar agentes afectivos capaces de asistir en la regulación de las emociones. Así, los agentes afectivos que utilicen este modelo podrán seleccionar las mejores acciones de las que dispongan para ayudar al usuario a regresar desde su estado emocional actual a su estado de equilibrio.

El objetivo de dotar a los agentes de habilidades para gestionar emociones es ofrecer herramientas que ayuden a los usuarios a alcanzar y mantener su bienestar mental. Esto representa un paso más hacia la integración de la IA en la Salud Mental y la reducción de los obstáculos actuales en el acceso a la terapia.

Referencias:

[1] https://ai.meta.com/research/publications/llama-guard-llm-based-input-output-safeguard-for-human-ai-conversations/

[2] https://www.mdpi.com/2079-8954/12/3/77